Pixar volvió a conmovernos con su corto «Piper«.

No me canso de verlo. Este aparente pajarito indefenso nos da grandes lecciones a considerar.

Una cría que, acostumbrada a que su madre le lleve la comida, está muy cómoda en su zona de confort. Pero mamá ha decidido que ya es hora de que salga de la zona de confort y empiece su aprendizaje: ser capaz de encontrar su propia comida, es decir, crecer.

Y ahí va. Con sus miedos. Insiste en su patrón anterior, conocido, seguro: abro la boca y mamá me trae la comida… ensayo-error, ensayo-error… El mar es su enemigo, le da miedo, le asusta. Salir de la zona de confort es muy arriesgado. Lo desconocido nos da miedo.

Un caracolito, que no tiene nada que ver con él, con la manera de hacer de las aves, se cruza en su camino. Piper le sigue, intrigado. Empieza a explorar. Encuentra nuevas formas de hacer, nuevos caminos, experimenta, sale de su confort y del patrón esperable por sus iguales.

¿Y qué consigue? Dejar atrás sus miedos. y esto le permite avanzar, explorar y aprendizajes nuevos. Buenos resultados. Excelentes. Ha encontrado una nueva forma de obtener comida. El mar, que antes era obstáculo, ha resultado ser una excelente herramienta. Ahora sus resultados son mejores de lo esperado por su madre y sus iguales, y sobre todo, por el pajarillo al inicio de la animación.

Y así, en menos de 5 minutos Pixar nos expone un claro ejemplo de lo que podemos ser capaces. Perfecto símil del coaching. Todos tenemos potencial, aunque a veces lo desconozcamos. Todos tenemos una zona de confort, donde estamos seguros y sin riesgos. Todos podemos salir de ella. A todos nos paraliza el miedo, nos asusta. Podemos encontrar nuevos puntos de vista que nos hagan conscientes de nuevas formas de obtener resultados fuera de lo común. Como Piper.

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